Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://tiffanytbpq337813.frewwebs.com/38863816/la-confesión-de-zidane-sobre-su-cabezazo-en-2006